Al ser un gran escudo protector, en ella son evidentes de forma más precoz, los signos de envejecimiento.
También su estado es un indicativo de nuestra salud. Cambios en la coloración de la piel, en su consistencia o el desarrollo de erupciones son un signo de numerosas enfermedades (anemia, enfermedades hepáticas, renales, desnutrición, etc).
Nutrientes básicos para la piel
Los ácidos grasos insaturados como el ácido oleico, presente en el aceite de oliva y el aguacate, y la grasa presente en aceites de semillas, frutos secos oleaginosos y el pescado (sobre todo el azul) son imprescindibles para mantener una piel bien estructurada e hidratada.
La vitamina A ejerce un papel esencial en la renovación de la piel y de las mucosas. Se encuentra en los alimentos de origen animal: hígado, grasas lácteas, huevo, lácteos completos. El beta-caroteno, precursor de la vitamina A en el organismo, es abundante en las verduras de hoja verde y de coloración rojo-anaranjado-amarillento (zanahoria, tomate ) y en ciertas frutas (albaricoques, cerezas, melón, melocotón, nectarinas ).
La vitamina E actúa evitando la acumulación de radicales libres (acción antioxidante) que en verano aumentan por la acción de los rayos solares y provocan las denominadas manchas lentiginosas. Encontramos buena cantidad de vitamina E en los siguientes alimentos: germen de trigo y su aceite, aceite de soja, germen de cereales o cereales integrales, aceite de oliva virgen, vegetales de hoja verde y frutos secos.
La vitamina C es también un potente antioxidante y mejora la producción de colágeno, una proteína que mantiene la piel tersa y sin arrugas. La mejor forma de incorporar esta vitamina es a través de frutas y verduras frescas y crudas. Abunda en los siguientes alimentos de temporada: melón, fresas, moras, pimientos verdes, tomate y otros que también encontramos en el mercado como cítricos (naranjas, limones) y kiwi.
Las vitaminas del grupo B: actúan sobre el estado de la piel, cabello, mucosas e intervienen en los procesos de renovación celular, entre otras funciones. Aparecen en la mayoría de alimentos de origen vegetal (verduras, fruta fresca, frutos secos, cereales, legumbres) y en los de origen animal (carne y vísceras, pescado y marisco, huevos y en los productos lácteos). Se debe prestar especial atención a los folatos, vitamina que encontramos mayoritariamente en la verdura de hoja verde, legumbres verdes, frutas, cereales de desayuno enriquecidos, hígado y levadura de cerveza.
El selenio: es un mineral con acción antioxidante, relacionado con un menor riesgo de aparición de ciertos tumores, entre ellos el de piel o melanoma. Se encuentra en: carne, pescado, marisco, cereales, huevos, frutas y verduras.
El zinc: favorece la formación de nuevas proteínas (renovación celular), participa en la lucha contra los radicales libres, favorece el buen estado de la piel y las mucosas, proporcionando tonicidad y elasticidad a la piel. Abunda en: carnes, vísceras, pescado, huevos, cereales integrales y legumbres.
Cómo influye la alimentación sobre nuestra piel
La frase “eres lo que comes” no solo se aplica a lo relacionado con la nutrición en general. Algunas investigaciones sugieren que ingerir alimentos ricos en proteinas y en ciertas vitaminas y minerales pueden brindar importantes efectos antiedad.
“Aún cuando no quedan dudas acerca del hecho de que la dieta que llevan las personas afectan a la salud de las mismas en general, recién ahora estamos entendiendo cómo ciertas comidas o la falta e ella puede impactar sobre la salud de la piel en particular”, explica la dermatóloga Susan Taylor durante una reunión de la American Academy of Dermatology de los Estados Unidos.
“Además, hay inclusive estudios demostrativos de que ciertas comidas y bebidas pueden empeorar condiciones de la piel y causar reacciones alérgicas que se manifiestan en esa zona del cuerpo”.
Las recomendaciones para que uno no solamente se nutra al comer, sino que también pueda mantener su piel sana son diversas:
- Elegir y comer al menos 85 gramos de cereales, arroz, pastas o panes de grano entero
- Comer una variedad amplia de frutas y vegetales, incluyendo aquellos de color verde intenso y naranja
- Ingerir alimentos ricos en calico, tales como leche descremada o baja en grasas y otros productos lácteos
- Incluir carnes rojas bajas en grasas, pescado azul y ave.
- Un abrazo a todos. ¡¡¡¡¡¡Seguiremos con más temas!!!!!!
- Comentarios y sugerencias a gscmk2013@gmail.com. GRACIAS